Mini Woodstock
Tandil 2010
“Yo muchas veces me jacté de ser fiel, tomando a la fidelidad más como algo perverso que como una virtud. Les agradezco a todos el grado de perversión que han tenido conmigo” eran las primeras palabras que salían de la boca del Indio Solari, ex líder de la banda de Rock Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, el 12 de Noviembre de 2005 en el Estadio Único de La Plata.
Esa fecha marcó su vuelta a los escenarios, esta vez como solista secundado por Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, su nuevo proyecto -luego de la separación en 2001 tras veinticinco años de carrera de “los redondos” por motivos que, aun hoy, son un misterio-.
Yo no puedo librarme a lo que te debo como ilusión.
Nadie tiene la bola mágica para adivinar que cantidad de gente iría a ver a Indio en plan solista.
Fueron 80 mil, repartidos en dos días, los ricoteros huérfanos que se acercaron a la ciudad de las diagonales para ver el retorno de su líder al centro de la escena.
80 mil los perversos por definición, que corrompieron las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas, los que se acercaron de todas partes de la Argentina a escuchar dos horas de un poco de Rock and Roll del País.
Pasaron cinco años, sus dos discos de estudio El Tesoro de los Inocentes y Porco Rex, giras por Tandil, Córdoba, San Luis, La Plata y Salta.
La gola, la calva, el baile, el pulso y la mística siguen intactas.
Pasaron cinco años y en Marzo, mientras navegaba por Internet, el portal Mundoredondo.com me daba la noticia. El 13 de noviembre de 2010 Solari daba su único recital del año en Tandil. En el Hipódromo de la ciudad más puntualmente. Con la particularidad de que, al ser tan amplio el lugar, las entradas no se agotarían.
La ecuación era simple, empezar a ahorrar los $120 para sacar la entrada y hablar con los amigos que tengan ganas de mover hasta las sierras.
Luis amigo tripero, berissense y por ende peronista se prendió en la movida, no sólo me iba a acompañar sino que se comprometió en conseguir un micro, juntar la gente para llenarlo y que no faltase el vino y el asado. Pasaban los meses y al colectivo se fue sumando gente, junto con la ansiedad de que llegue la fecha.
Esa banda inconsolable de perros sin folleto, brujas de alma sencilla, patéticos viajantes. Pobres tontos, pobres diablos, lunáticos diamantes prometidos de carne, lánguidos, impalpables son mis amantes…
Sábado 13 de Noviembre de 2010, seis de la mañana, en lL Placita, diagonal 113 a dos cuadras de la Facultad de Comunicación Social de La Plata. Es una plazoleta con hamacas, tobogán, calesita, algunos árboles y con las columnas pintadas de azul y blanco que los fines de semana, cuando gimnasia hace las veces de local, es el lugar de encuentro previo a los partidos del lobo. Hoy terminal para el último Bondi a Tandil.
Ahí estaba Luis con Luciano Cepeda alias "el lucho" de 25 años, es del barrio Villa Elvira, pero hace años que para en la placita, donde es uno de los referentes. Un tripero al palo, fanático de los redondos. Para el es la misma pasión –lo refleja una bandera que tiene con los colores del lobo y el logo de los redondos-.
No vio a los Redondos, pero fue a Salta, a Tandil 2008 y a los recitales en La Plata.
Luis me cuenta que “Lucho es un tipo que se hace querer, vive la vida con pasión y es el que lo contagió para organizar el viaje a Tandil. Es una organización caminando. Nunca falta nada cuando el esta a cargo. Fue a comprar la carne a los frigoríficos de Gorina, se metió en el monte berissense para rescatar las damajuanas de patero. Un pregonero total”
Todo esta en orden, el vino, el asado, la parrilla, las banderas y el bombo. Solo falta comprar el carbón y el pan, pero “lo compramos en el camino” dice Lucho.
Cuando les di los $120 -que incluía viaje de ida y vuelta, comida y bebida- me entere que los 360 Km de La Plata-Tandil los íbamos a hacer en un colectivo de la Línea 202.
A la placita llegó un colectivo más nuevo, con más asientos, cortinas y baño “para que los muchachos hagan sus movidas tranquilos y sin molestar a nadie” me tiró Luchin –la organización caminando -.
Arriba del vidrio, en el medio, hay una imagen de Jesús, abajo una del Gauchito Gil, arriba del espejo retrovisor un reloj de pared y colgando una cinta roja. En el asiento del conductor atrás de una gran volante está sentado Ricardo, el chofer, que lleva siempre a una filial de Gimnasia, también lleva a Racing, River, un hombre con experiencia en este tipo de viajes. Es el hermano del dueño del micro.
Mientras no rompan nada y pueda llegar a horario a la vuelta –el domingo a las 6 tiene que cambiar el turno- son las únicas dos premisas a respetar a lo largo del camino.
En el pasillo están repartidas las tres heladeritas que tienen el Fernet, la coca y el hielo, que se arma en botellas de plástico, cortadas al medio, que se transforman rápidamente en vasos comunitarios nac&pop.
Al fondo suena el bombo, de las ventanas de cada costado salen dos banderas que recorren íntegramente los laterales del colectivo.
A lo largo del viaje, como no hay estereo, se entonan algunas canciones de cancha pero rápidamente son cortadas y tapadas por temas de los redondos o del indio, cantadas a capella y acompañadas por algún teléfono que intenta llevar el ritmo y la melodía del tema. Y en algún intervalo se mezcla todo.
"Redondos, Redondos, Redondos;
Redondos no lo pienses más;
andate a tocar a la Luna,
la Luna la vamo a copar"
Cuando llegamos a Tandil a las 12 del mediodía, la ciudad esta colmada de gente, más de 90 mil personas -casi la misma cantidad de habitantes que tiene la ciudad-, autos, colectivos, camiones, gente en las calles, las veredas, música -sería redundante especificar-.
En cada esquina venden remeras con la fecha, calcos, banderas, vinchas. La ciudad está literalmente tomada por las huestes ricoteras, “las bandas” como las denominan.
Un diario local describe a “las bandas” como un grupo heterogéneo, policlasista y que atraviesa varias generaciones. Desde chicos de 18 años, hasta jóvenes que ya buscan los 40.
Nuestro destino es el Camping Municipal- vamos sabiendo que esta lleno- igualmente adonde encontremos lugar nos instalamos. En todo el trayecto por el dique, entre las sierras, se ve por la ventana una secuencia repetida: auto con baúl abierto musicalizando, bandera atada al techo con frases de los redondos más el lugar de proveniencia (Salta, Jujuy, Ushuaia, Chile, Uruguay, Florencio Varela, el Docke, Isla Maciel) gente alrededor, Fernet o cerveza, un fuego y una parrilla quemando pollo, chori o carne.
Como también hay fanáticos que llegan en autos caros, se instalan en hoteles cuatro estrellas –las reservas están completas desde mayo- y comen en los mejores restoranes.
El día acompaña casi 30º de temperatura. Nos instalamos atrás del dique, enfrente al lago, desde donde se pueden ver las sierras y frondosos árboles a los que la primavera les devolvió el color.
En el lago anda gente en las canoas y kayaks, a lado hay canchas de tenis y por la costanera las lugareñas corren con sus shorts, sus tops y sus i-pods colgados del brazo. Sobre eso los rockeros esperan ansiosos estar solos y de noche.
Celebro la idea de que se hagan recitales en todo el país, es la mejor excusa para además de ir a ver a una banda también se haga turismo. Muchos de los que hoy están acá sino fuera por el recital, debido a cuestiones económicas, no tendrían posibilidad de viajar.
En la década de los noventa, de la mano de los Redondos se generó el rock de estadios
-a donde tocaban llenaban-.
De la mano de este fenómeno nació la “futbolización del rock” enmarcada en el aguante, la pirotecnia y en las disputas con otros grupos emulando un Boca-River.
Luego de algunos incidentes registrados durante una serie de conciertos en 1994, la muerte de Walter Bulacio por ejemplo, y tras no conseguir lugares con la capacidad necesaria para poder tocar Indio, Skay (guitarrista de los redondos) y la Negra Poly (manager de la banda) optaron por no ofrecer más recitales en Buenos Aires y replegarse al interior del país. Decisión que duró hasta 1998, cuando Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota volvieron a tocar en Racing, luego en Mar del Plata en el 99, y River en el año 2000 -terminó con un muerto y varios heridos-. En 2001 dieron en Córdoba su último concierto previo a la disolución.
El Melli es rubio, alto, espalda ancha, tiene una gorra surfera y chalina multicolor en el cuello, en el colectivo tocaba el bombo e iba en el grupo de los del fondo.
Los fines de semana ejerce como hincha en la tribuna de gimnasia. Cuando hay problemas, él siempre esta poniendo el pecho. Si bien no pertenece orgánicamente a la hinchada, todos lo conocen y lo respetan, según Luchito “es un tipo con códigos, varias veces se ha comido palazos de los milicos por saltar a defender a la gente común”.
Tiene varios recitales de los redondos a cuesta y por lo que me cuenta, fue varias veces con el librero de la vuelta de mi casa que también es del lobo y ricotero –el mundo es chico, redondo y de ricota-
Colgó entre dos árboles su bandera que dice “si no hay amor, que no haya nada entonces" se la mandaron hace un par de días antes por encomienda, ya que estaba en la casa de un amigo en mar del plata.
Al lado del Melli está el Cebolla, la voz apenas le sale, la tiene muy ronca, es rubio, medio pelado y anda encorvado luciendo su remera de gimnasia con el 22 en la espalda. O por lo menos eso es lo que se llega a ver, tiene manchas por todos lados.
Ayer, antes de venir, fue a ver a su equipo a Banfield, llegó a las 2 de la madrugada a La Plata, se fue al mítico Bar El Viejo Varieté de 49 entre 5 y 6, se tomó una cerveza y se fue. Como vio que era temprano se tiró una siesta en la calle, hasta las cinco ya que a las seis tenía que estar en la placita para ir al recital.
El melli salta y canta, cebolla prende una bomba de humo, se arma una previa sobre el dique.
Luchito palpita la noche y Luis le dice que para la próxima tienen que hacer una bandera que diga “tus sienes ardientes que son todo el tesoro”.
El sol baja y nos vamos al Hipódromo.
Hay bombos, humo, bengalas, trapos, cantos “vamo los redó”, la seguridad privada de la organización te muestra el camino y te corta la entrada, -si no tenes, al segundo o tercer tema abren las puertas- . Adentro del estadio venden cerveza, entre los puestos de enfermería y de camisetas.
No hay barras bravas, paraavalanchas , policías que peguen con bastones, no hay reventa, no hay vip´s.
Ni en el transcurso del día ni al finalizar el show se registraron incidentes graves.
Al cierre las pantallas del hipódromo anunciaban la presentación de El Perfume de la Tempestad, nuevo disco de de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, para el 26 de Marzo de 2012 en Salta.
Al día siguiente el Intendente demostraba su conformidad -30 millones de pesos les dejó el evento a Tandil en un día- y reconocía tratativas para que vuelvan el año próximo.
Este asunto está ahora y para siempre
en tus manos, nene oh - oh - oh -
Un hecho, tristemente célebre, fue la suspensión de un recital en Olavarría.
Por primera vez en la historia los Redondos daban una conferencia de prensa, Carlos “indio” Solari líder y cantante de la banda se sentaba frente a los micrófonos para decir, en nombre del grupo, sus versiones de la suspensión del recital que Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tenían pensado dar en la ciudad de Olavarria el 16 y 17 de Agosto de 1997 y que por decisión del Intendente de la ciudad, alegando problemas de inseguridad, no iba a poder realizarse.
Indio acomodó sus gafas, pellizcó su nariz, acarició su cabeza como acomodando las ideas, lo miró a Skay, torció la vista hacia Semilla -bajista-, chasqueó la lengua y disparó sus misiles:
“De alguna manera tiene que ver con alguno de los slogans de los redonditos, que es pensar que “vivir cuesta vida”, que no se puede vivir dentro de una sanguchera de vidrio, que la vida protegida entre algodones y no expuesta a ninguna experiencia, no es rica, y esta banda pertenece a ellos… Estos chicos lo que quieren es venir a estar abrazados con sus novias, venir a bailar, venir a ver un espectáculo de rock y escuchar las cosas que a ellos los conmueven…”
Al no haber mucha información oficial sobre la ruptura de la sociedad artística Indio- Skay, resulta difícil saber lo que realmente sucedió en la intimidad que los llevó a separarse.
Pero los desmanes que se generaban en cada show puede ser una de las aristas que llevaron a la disolución de la banda. Todo enmarcado en los finales de los ´90 y principios del 2000. Con la mitad de la sociedad desempleada e indigente y con un Estado ausente que veía como se hundía el sueño neoliberal.
Indio daba respuestas largas, llenas de contenido, con una verborragia extrema, cuidando cada palabra que decía, las mezclaba con las pitadas a un cigarro y un rostro que en ningún momento mostraba sus dientes.
Estaba terminando lo que sería su primer y única conferencia de prensa.
Dejando para final su visión de futuro:
“Yo supongo que el discurso general del rock presenta el mundo más contemporáneo de las ideas, por eso es que es una cultura que ya tiene varios años, y que hasta yo supongo que al principio del milenio todavía va a seguir determinando muchas cosas.
Y yo supongo que por supuesto la gente más conservadora con respecto a su forma de vida ve en esto algún peligro para su manera de ver las cosas. El tiempo dirá, el tiempo dirá si esa cosmovisión tan conservadora y pacata es la que va a determinar nuestras vidas”
Y el tiempo dijo.
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